Todos hemos oído hablar del término VPN, que viene del inglés Virtual Private Network o en Español red privada virtual, pero muchos os preguntaréis… ¿Es necesario que tenga una?
En primer lugar, debemos de apuntar que este tipo de conexiones son como una capa más encima de la red a la que nos conectamos (wifi, cable…) con un sistema que encripta la información transmitiéndola de forma segura mediante protocolos de encriptación entre nuestro ordenador (o dispositivo) y el servidor VPN.
Hay varios factores que son determinantes a la hora de tener una VPN
Trabajo remoto o teletrabajo
Muchos nos hemos acostumbrado al teletrabajo, pero conozco muchos casos en los que esto se hace de formas un tanto “inseguras”, tales como dejar encendido el ordenador de la oficina y usar un software de control remoto que es accesible desde el exterior y que generalmente solo dispone de un número o código de equipo y de una contraseña (que, por lo general y seamos sinceros, suele ser fácil de adivinar).
Usando un sistema de VPN como el de Tecnocrática podemos establecer una conexión VPN entre nuestro centro de datos y nuestra oficina, y a partir de ahí con el usuario VPN de nuestro equipo, acceder tanto a los servidores de la empresa que podamos tener alojados en el centro de datos (si los tenemos) como a los servidores o servicios de la oficina (como por ejemplo las impresoras).
Es decir, un comercial de nuestra empresa que está, por ejemplo en Pontevedra, puede estar haciendo una visita a un cliente en Granada y, mediante la conexión VPN, acceder de forma segura a la ficha del cliente en tiempo real, tomar nota del pedido y, si fuera necesario, imprimir el pedido en la impresora del almacén para que se pueda ir preparando el mismo, del mismo modo que si estuviera en su mesa de trabajo en la oficina.
Seguridad
En primer lugar, disponer de este servicio nos permitirá tener una IP pública, es decir nuestro número en Internet será siempre el mismo, independientemente del equipo, la ubicación o la red desde la que conectamos.
Con esto, si por ejemplo tenemos un servidor cloud o un dispositivo en la oficina o en nuestra casa al que accedamos desde Internet, en lugar de dejarlo “abierto” al mundo y que cualquiera pueda intentar acceder -con el consiguiente problema de seguridad que ello supone dejar nuestros datos expuestos- sencillamente lo que haremos es que, para acceder, solo se pueda hacer desde la IP de nuestra VPN. Con ello acabamos de bloquear los intentos de acceso a nuestra información.
Además, al poder usarla desde cualquier dispositivo (ordenador de sobremesa o portátil, tablet o móvil) nos permitirá el acceso seguro desde cualquier sitio.
Otro de las ventajas de usar la VPN es mitigar los problemas que nos podamos encontrar al acceder a las redes públicas de cafeterías, aeropuertos o centros comerciales.
¿Pero de verdad esto es tan inseguro?
Siento decirlo, pero la respuesta tajante es un «SÍ» rotundo.
Como ejemplo, supongamos que llego a una cafetería (llamada Cafetería Pepe y cuya wifi se llame «cafe_pepe» con una clave para acceder) y uso un software que me permita crear un punto de acceso WIFI que se llame «cafe-pepe» o «pepe-clientes», este punto de acceso estará sin contraseña.
Los clientes que se conectan a este punto de acceso estarán transmitiendo todo su tráfico por mi ordenador y podré capturarlo a fin de obtener información sobre ellos.
Ahora diréis: «pero no me fío, y le pido la clave a Pepe de su WIFI «cafe_pepe» y me conecto a ella». Con esto no se acaban los problemas, ya que casi muchas redes WIFI no aíslan el tráfico entre los usuarios, de tal forma que al igual que en el caso anterior tendría acceso a los datos de los usuarios conectados a la red WIFI.
Por este motivo es muy importante usar una VPN sobre todo cuando nos conectemos a redes WIFI extrañas como las de los centros comerciales, cafeterías, aeropuertos, así como otros lugares que ofrecen redes wifi para todos los que están en las inmediaciones.
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