¡El cloud es el futuro! ¿Necesito uno de esos?

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Alfredo Sola
5 de septiembre de 2016

Un servidor cloud no es otra cosa que un servidor virtual.

Esta es una tecnología que lleva con nosotros desde siempre, aunque se empezó a utilizar en alojamiento de web y correo sobre todo a principios de milenio. Hereda el principio de separación de una máquina física en varias virtuales, invento que implantaron ya aquellos mainframe del último tercio del siglo pasado. Se trata simplemente de dividir un servidor físico en varios servidores virtuales, cada uno de los cuales se comporta como un servidor físico. Y, aunque evidentemente cada uno de los virtuales no puede disponer de todos los recursos del servidor físico, en la práctica los servidores que se virtualizan van tan sobrados de potencia que esto da igual. Y donde teníamos un servidor, ahora tenemos varios. Es una tecnología, como se ve, muy lógica, madura y que ha demostrado su utilidad a lo largo del tiempo.

Como cualquier otro servicio, lo hay de varias calidades, capacidades y precios. Pero, ¿para qué sirve? Pues, al final, para lo mismo que todos los servicios de alojamiento: Para albergar webs, aplicaciones y/o correo electrónico.

Clouds y VPS

Otras opciones habituales cuando se trata de alojar cosas son el alojamiento compartido y el VPS. El VPS es, digamos, un servidor cloud descafeinado, más barato y con menos posibilidades. En Neodigit, los paquetes de alojamiento multidominio son, en realidad, VPSs.

Normalmente, queremos un servidor cloud (o más) si se cumple al menos una de las siguientes condiciones:

Un VPS nos comprará alguna de estas cosas. Por ejemplo, en nuestra infraestructura, cada VPS tiene su propia dirección IP, y pueden escalar en espacio de almacenamiento, procesadores y memoria. Pero un VPS no es una máquina virtual: No dispone de una separación a nivel de procesador de otros que corren en el mismo servidor, y no se puede instalar software diferente de aquel con el que funciona (más allá de una web). En resumen, su escalabilidad y su flexibilidad no llegan al nivel de un servidor cloud. Un VPS es una buena alternativa que nos proporciona algunas de las ventajas de un cloud, por un precio contenido.

Por último, el alojamiento compartido es lo más adecuado para quien necesite albergar una web y un correo de forma económica, siempre que no resulten críticos para el funcionamiento de la empresa. En Neodigit, los alojamientos compartidos tienen webs con separación de usuarios y medidas anti-spam salientes. Aún así, un evento grave que afecte a un alojado puede impactar negativamente a los demás. Y los alojamientos compartidos tienen siempre límites de espacio, transferencia, y otros.

¿Cuánto?

Todo esto está muy bien, pero más o menos, ¿de cuánto estamos hablando?
Bueno, para no poner información demasiado comercial en este blog, que quedaría obsoleta en relativamente poco tiempo, vamos a ponerlo en mi unidad de medida de coste favorita: El desayunobar. Un desayunobar es lo que cuesta desayunar en un bar normal, un día laborable, un desayuno normal. Un café y algo de zampar. Vamos a ver lo que cuesta un mes de estos servicios:

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Un desayuno nutritivo

Hay que tener en cuenta que el cloud de tres semanas de desayunobares ya es más potente en todos los sentidos que el VPS de dos semanas; es decir, la progresión es bastante lineal.

Teniendo en cuenta que cada vez es más importante que el correo, la web y las aplicaciones funcionen bien todo el tiempo, ¿no es lógico invertir en ello dos o tres semanas de desayunobares?

En la oficina de Tecnocrática, tenemos cafetera y tostadora.

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4 respuestas a “¡El cloud es el futuro! ¿Necesito uno de esos?”

  1. […] el momento de escribir este artículo unos 34 gigas. Esto costaría alojarlo tres o cuatro semanas-desayunobar. Si tuviera que elegir entre tener mi correo en IMAP, con la ventaja de tener todo el archivo de […]

  2. […] eficaces, baratos y fiables; en Neodigit, un alojamiento para un puñado de usuarios, vale solo un desayunobar al mes. Elija uno bueno, úselo, y dele un digno retiro a ese servidor que lleva ahí diez años […]

  3. […] Si queremos uno que suene a conocido, o sea un .es o un .com, nos costará en torno a los cuatro desayunobares al año. Lo otro que necesitamos es un alojamiento, y uno suficiente para lo que queremos, no pasa […]

  4. […] nuestra empresa a cambio de un servicio que, como vamos a ver, cuesta alrededor de media docena de desayunobares al […]

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