COVID-19

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Alfredo Sola
13 de marzo de 2020

La expansión del coronavirus de Wuhan en España ha sido especialmente significativa en Madrid (1990 casos en el momento de escribir este artículo), donde tenemos nuestra sede.

Siguiendo las primeras recomendaciones de las autoridades sanitarias, en un primer momento decidimos recordar que quien necesitara o quisiera quedarse en casa, podía hacerlo. Todo el equipo de tecnócratas lo hace habitualmente, por lo que para nosotros no es una situación extraña.

Conforme fue avanzando el contagio, y con ello llegó la recomendación de las autoridades de evitar salir de casa, terminamos por cerrar la oficina. Ahora mismo, estamos teletrabajando al 100%.

En un centro de datos moderno y razonablemente gestionado, no es necesario operar presencialmente todos los días. El nivel de redundancia, por una parte, y de acceso remoto, por otra, son tan elevados que es posible operar la totalidad de los servicios durante varias semanas sin que nadie ponga un pie en las salas técnicas que contienen servidores y equipos de conmutación de red. Por su parte, los equipos de alimentación eléctrica, aire, etc, necesitan relativamente poco personal de mantenimiento.

Por supuesto, esto tiene sus límites. Sin pisar el centro de datos, no se pueden poner en marcha servidores físicos nuevos, cables, equipos de red o cambiar componentes averiados. En resumen, no se puede incrementar la capacidad instalada, ni reponer aquellas capacidades que sufran una avería. Esto es un inconveniente importante, y la razón principal por la que solamente se puede mantener esta situación durante unas semanas. Sin embargo, y dado que los recambios para las contingencias habituales están disponibles localmente, una corta visita técnica puede prolongar la situación prácticamente indefinidamente.

En el momento de escribir este artículo, los servicios de VPN (disponibles en el panel de Neodigit), imprescindibles para muchos teletrabajadores, están funcionando con normalidad a pesar de que raramente han visto una carga como la actual.

En unos momentos en que las buenas noticias escasean, esperamos que el saber que los datos y la infraestructura de teletrabajo están a salvo durante la emergencia sea, al menos, una buena noticia.

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